Microcuentos

 A partir del o de los microcuentos que escribieron, elegir uno y realizar 3 versiones del mismo, cambiando de género, p.ej. si es de suspenso, escribir una versión cómica, otra romántica y otra fantástica. Tengan en cuenta todo tipo de género: policial, ciencia ficción, terror, de iniciación, naturalista, minimalista, extraño, de hadas, leyenda, infantil, gauchesco, mito, suspenso, romántico, fantástico, cómico, etc.

Aquellos extractos de madera terminarán por comerse hasta el último pelo que quede de vos. Creerás que aquél que predica su religión entre los criminales de Magic World, sos vos, y que ese mundo, es real. 
Deberás salir de ahí, deberás intentar escapar, antes de que aquel monje, dueño de aquel libro, se convierta en el amo de tu alma.

Deberás salir de ahí amor mío, sal de ahí te lo suplico. Te alejarás cada vez más, creyendo que eres aquél monje, protagonista de ese maldito libro que lees cada día con más pasión, permitiéndole robar tu corazón, y quitándolo de mí. No, no vives en Magic World, vives conmigo, en esta hermosa realidad que construimos juntos, pero que siento que ya no disfrutas; esta realidad que se desmoronará, de a poquito, un poquito más, y que se fundirá con aquellas palabras completas de irrealidad.

Te despertarás, te colocarás tu ropa de monje y te dirigirás a las casas de aquellos gnomos de Magic World, predicando tu religión con mucha pasión, mientras aquellas hadas, dueñas de los cielos, te rocían de polvo brillante y bailan alrededor tuyo. Llegarás a tu casa y en el suelo de tu entrada encontrarás un libro que al principio no conocerás, rodeado de polvo de hadas. Lo tomarás y comenzarás a leer, "Encontré en el suelo de mi entrada un libro. Comencé a leerlo y se trataba de un monje, aquél que predicaba su religión en el país de Magic World..." 

Te seguirán, si no vuelves a la realidad, lo harán ellos. Crees que vives en Magic World, predicando tu fé como en aquél libro, pero aquellos policías lograrán encontrarte para hacerte entender que no eres ningún monje. Llegará el día en que salgas a las casas a hablar de tu pasión, pero los hombres con trajes negros y azules te correrán, te agarrarán, te esposarán, y peor que ir a la cárcel, te encerrarán en el manicomio. Por favor, vuelve y evitarás la extrema locura.